Macro-City. 2038, de Aketza Aguilera
Reconozco que cuando
empecé a leer esta novela no tenía ni la más remota idea de qué iba a
encontrarme. No leo las sinopsis casi nunca, pero me lo recomendaron varios
lectores y decidí darle una oportunidad, aunque sabía que iba a salirme de mi
zona de confort. La portada me llamó mucho la atención, también lo digo.
Y ahora a ver por dónde empiezo.
Los que me conocéis
sabéis que siempre que puedo evito leer libros de terror, bueno, no evito, es
que no los leo, son superiores a mí, luego los que sí suelo evitar son los que
tienen escenas gráficas de violencia, no puedo con ellas, más, si el autor
tiene la capacidad de narrar tan bien que las puedes visualizar, pues aquí
incluyo a la cabeza pensante y creadora de esta historia. Sí, este hombre tiene el don de obligar a tu mente a visualizar, como si estuvieras
presente y no lo estés leyendo, más bien, viviendo. Y una que tiene un punto
rebelde, pues me dije: «venga, dale, vamos a ver qué nos encontramos. Si son
muy fuertes, te las saltas y listo».
Yo leyendo distopía.
¡Válgame Dios! Eso me pasa por no leer las
sinopsis o ver las categorías. Hasta que no la empecé no lo descubrí.
Solo diré que en la primera escena ya me
había dado el primer parraque (me han dado unos cuantos). Y desde esa escena,
cada vez que veo a la Harley Queen me viene a la mente Nahiat,
una de los protagonistas que vamos a conocer en esta historia. Personaje que
terminas queriendo quieras o no, que quieres, porque la chica es buena gente,
con un corazón enorme y se lo ha currado para llegar hasta el final (o no,
porque otra manía del autor es ir cargándose a todo aquel que pasaba por allí),
y esta pobre anda que no ha sufrido; en el pasado y en lo que dura la
historia.
Y si sois de los que necesitáis saber,
pues a leer.
Como no se me da bien esto de las reseñas
y todavía tengo el miedo en el cuerpo os voy a hacer un pequeño resumen,
evitando hacer spoiler, así que poco os voy a poder decir, solo que son un
grupo grandecillo que se ha quedado sin el mundo que conocía y se han montado
una ciudad muy apañada, que se llama Macro-City, que tiene de todo
y que están en el año 2038. Todos viven, dentro del drama de
haber perdido lo que tenían, tranquilos rodeados de murallas. Si consigues
un permiso, para adentro que vas y a relajarte, porque fuera,
¡madre mía!, fuera no se puede vivir. Eso es el infierno trasladado a la
superficie terrenal. Y no llevan dinero en metálico, pagan con la muñeca
(cuando lo leáis lo entenderéis) y ahora la moneda es el bit,
supongo que les costaría un poco hacerse a la idea del cambio, como me pasó a
mí con el euro, pero vamos, que pagan así. También tienen un ejército que
se encarga de proteger la ciudad y preparan misiones para
descubrir por qué el mundo se ha ido a tomar… Pues eso, que quieren saber qué
ha pasado y si tiene solución. Y mientras lo averiguan, alguno que otro sale
de expedición fuera de los muros de Macro-City, y olé por
ellos. Menudos valientes, porque os juro que yo si entro y me instalo, no salgo
así me maten. Y mientras unos entran y otros salen, se van reencontrando, se
van relacionando, lo pasan bien, unos más que otros… y otros no pueden
contarlo. Y fuera la vida sigue, pero qué vida… Y ya me callo.
Supongo que os habréis hecho una idea de
lo que vais a encontrar. Tengo que decir que ha creado un mundo perfecto, y
cuando digo perfecto, es que no le falta de nada, porque de perfecto tiene lo
mismo que yo de rubia de las nórdicas (para los que no me pongáis cara y hayáis
llegado hasta mi seudorreseña, soy morena, mucho). Menuda imaginación y
capacidad hay que tener para cuadrarlo todo. La parte de documentación que ha
hecho Akteza es excelente, y eso se agradece cuando lees una novela, bien
porque aprendes o bien porque sabes de qué habla y no te saca de la trama al
ver algo extraño que no cuadra (vale, igual me la ha colado en la parte
técnica, pero genial por él porque no he dejado de leer y todo me ha parecido
súper veraz, dentro de la ficción, claro)
Es muy visual, de ahí que alguna escena me
haya dejado trastornada mientras avanzaba con la lectura. Otras escenas no son
tan visuales, pero lo que cuenta es tremendo, así que mi drama mental iba en
aumento y con el drama, mis ganas de decirle un par de cositas al autor crecían
cosa mala. Hay algo que ocurre que no le perdonaré en la vida, jaja, bueno,
igual exagero, pero él lo sabe.
Lo que me ha quedado claro es que sabe
cómo remover al lector.
Los personajes me han sorprendido para
bien. Están muy bien definidos, con personalidades muy distintas, con mucha
fuerza y evolucionan de manera lógica en la historia. Conforme vas leyendo,
llega un momento que sabes quién habla sin necesidad de mirar en las
acotaciones de diálogo. Ha hecho un gran trabajo.
Uno de los que más me ha llegado y al
final me ha ganado, ha sido Steven. Confieso que al principio,
cuando empecé a leer, creí que estaba trastornado y era un loco desquiciado que
vivía en una realidad paralela o que tomaba drogas. Tiene sus puntazos este
hombre. Y cuando descubres la verdad…
Nada, a leerlo para
averiguarlo.
Hay violencia, sí, no se ha
cortado el muchacho. Amistad, mucha, y de la buena, de la que a mí
me gusta. Relaciones familiares, variaditas, ya veréis. Acción,
bastante, en fin..., muchísima. Misterio, una buena dosis, y ese
misterio es el que nos va a obligar a no dejar la novela para seguir
avanzando. Sexo, sí, tiene de eso, y sexo móvil, que no telefónico
(me río al recordar una escena), este hombre no nos va a privar de nada en esta
historia. Humor, también, y bien por él, porque os juro que es
necesario para hacer más llevadero todo. Amor, sí, sí, al
final ha resultado tener su puntito romanticón, je, je.
No es una simple novela de Ciencia
Ficción. Tampoco es la típica distopía que solo sirve para
entretenerte porque el mundo en el que viven los personajes es impensable. Esta
historia no solo me ha entretenido, me ha divertido, (ya os dije que tengo mi
punto rebelde y cotilla) o me he estremecido con algunas partes, es que me
ha hecho pensar mucho, porque no es tan de Ciencia Ficción y eso
acojona más.
Y me alegro de haberla elegido y acabado,
por eso os estoy soltado todo este tocho, porque os la recomiendo a
todos, a los que leéis el género y disfrutáis con él y a los que no os
termine de apañar o nunca antes le hayáis dado la oportunidad a este tipo de
historias. Es más, es muy guion de cine, de esas pelis tipo Mad
Max, pero más actual. Y espero y deseo que algún día alguien apueste por
ella.
Macro-City: 2038 es una segunda parte, que se lee de
manera independiente, y sé que en breve el autor nos sorprenderá con una
tercera entrega, que, también, sé que leeré cuando esté publicada.
Y por último, añado que está participando
en el Premio Literario de Amazon y, no sé si llegará a
finalista, lo que tengo claro es que Aketza Aguilera dará mucho
que hablar.
Podéis conseguir la novela pinchando en la foto.
Dicho esto, espero con ansias e ilusión mi
calabacín de oro. Si algún día me lo hacen llegar, os contaré el porqué.
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